Dialogo

Dialogo con Imanol

Las personas que participen en la discusión han dado su autorización para la publicación de sus textos.

No veo por qué la actividad circense tenga que ser laicista, y menos atea. Es muy interesante su experiencia personal y familiar, pero no creo que sea exclusiva de la esencia circense. ¿POR QUÉ NO VA A HABER UN PAYASO CREYENTE?

Ciertamente, LE DOY LA RAZÓN: "ridendo castigat mores", (riendo se castigan las costumbres). El mundo circense es profundamente crítico contra toda clase de costumbres. También religiosas. Pero casitgar no es destruir.

No voy a entrar en el problema del poder y los fundametalismos, sólo quiero recoger que no es esencial al cristianismo ser "costumbre"; no más al menos que reirse de ella. Enciclopedias enteras se podrían llenar con "humor cristiano". Y aunque muchos se ofendan, a muchos otros nos hace gracia leer a Erasmo (quien no deja de ser católico), los chistes religiosos, etc.

Más aun, hay quienes, con el pobre bufón de Asís, creemos que evangelizar es ser un payaso de Dios. ¿Pero que es que sólo son cristianos Torquemada y cia? ¿Qué pasa precisamente con los que han sido reconocidos como santos? ¿Qué pasa con el bufón de Asís? ¿Qué pasa con el proverbial sentido del humor del papa bueno? Y aun más: ¿cómo es que tenemos comedias griegas si no es porque alguna vez estuvieron en algún monasterio? ¿qué pasa con los propios ingenios y juegos de palabras de Jesús? ¿Y con que Jesús compare la vida enterna al vino? ¿O con el milagro del agua y el vino?

"Ridendo castigat mores", ciertamente. Pero si riendo se castigan todas las costumbres, también las religiosas, no es menos cierto que el cristianismo también ha sabido reirse, incluso de sí mismo en ocasiones.

No me meto ahora con el tema del poder y el fundamentalismo.SÓLO DIGO QUE TAN ESENCIAL ES A LA IGLESIA SER PODEROSA, COMO REIRSE DE LA COSTUMBRE Y DEL PODER. Una cosa y otra se han dado en su historia. ¿Acaso es más cristiano Torquemada que el Francisco de Asís, autoproclamado bufón de Dios, o el papa bueno y su porverbial sentido del humor? ¿Qué pasa con la ironía de Erasmo y de santo Tomás Moro? Aun más, ¿no os sugiere nada el hecho de que para el católico el vino se consagre? ¿que en el evangelio se diga que a Cristo lo llamaban borracho? ¿que trasformara el agua en vino? ¿Y sus juegos de palabras e ingenios?

Un catolico triste es un triste católico. Los santos en su mayoría no tiene qué envidiar a Bassi.

Pero se pueden poner miles de ejemplos.

De entre ellos un que me hace especial gracia es la anécdota de que cuando Napoleón había capturado al papa fue ante éste y le dijo airado: "Voy a acabar con tu Iglesia". A esto el papa replicó: "¡No seas soberbio! Si en 1800 años nosotros, que estamos dentro, no hemos acabado con ella, ¿qué vas a poder hacer tú, que estás fuera?"

De Juan XXIII todos conocemos sus anécdotas. Menos conocida es la figura de Arrupe, de quien por cierto van a estrenar un musical en Bilbao. A este vasco, general de los jesuitas, le hacía mucha gracia cuando hacían chistes sobre él: una vez leyo complacido un dibujo en el que aparecía él ante un ordenador y le preguntaba: "ordenador, ordenador, ¿qué tengo que hacer para salvar la Compañía de Jesús?" y de ordenador salía una mano con una soga para que se colgara. Asimismo, una vez un jesuita, preocupado por que la Compañía estaba en crisis, se quejaba delante de Arrupe de que se iban a quedar sin jesuitas. "Pues el último, que apague la luz", dijo Arrupe.

"¿Cuánta gente trabaja en el vaticano?" se le preguntó en una ocasión a Juan XXIII. "Aproximadamente, la mitad."

Mucho más solemne fue el caso del franciscano polaco Kolbe. Entró en un paredón, junto con varias personas, para morir de sed en un campo nazi. Lo normal en este tipo de muerte es que la deseperación enloquezca a los reos. Kolbe, como buen hijo del bufón de Asís, se comporto como un payaso para levantar el ánimo, hasta el punto de que los guardas nazis no soportaban escuchar sus cantos y sus risas ininterrumpidas día y noche.

Miles de otros ejemplos podemos poner. está la leyenda sobre el martirio de Lorenzo (de todos conocida). Las predicaciones de san Francisco a los animales. Están también los "chistes cristianos", aunque la mayoría son un poco frikis. Este, por ejemplo, me lo contó un cura:

Está el Padere, el Hijo y El Espíritu decidiendo donde ir de vacaciones. El Padre dice que quiere ir al Sinaí para recordar viejos tiempo. El Hijo a Nazaret también por nostalgia. Y El Espíritu dice: "pues yo croe que iré al Vaticano, para verlo..., como nunca he estado allí".

Este es un poco más friki: Qué tres cosas no sabe Dios. Qué va a decir un franciscano. Qué está diciendo un dominico. Y qué ha dicho un jesuita.

Querido Bassi, ni tú, ni tu familia, ni ningún ateo habéis inventado nada nuevo.

Imanol | 08 Noviembre 2007


Imanol,
Gracias por haber dedicado a mi texto esta larga respuesta.
He leído con atención tus argumentos principalmente centrados en la defensa de una comicidad cristiana, pero me he quedo con una duda:
¿Ha leído usted lo que he escrito?
Su critica no coincide con el tema de mi editorial. De hecho hablo muy poco de comicidad y pongo el acento sobre el símbolo liberador y revolucionario del circo en el marco del siglo XIX.
Eso es la tradición de mi familia . El poder viajar libremente y actuar libremente sin miedo de la censura o de la moral hipócrita era a lo que mis antepasados aspiraban. Hay que situarnos en la mentalidad de entonces, dominada por la idea del orden divino y el pecado. En este contexto era más bien heroico dedicarse a una actividad tan osada y mi padre, que todavía vive, me ha narrado numerosos incidentes donde él mismo fue víctima de agresiones por parte de católicos intransigentes y fanáticos.Me ha contado como incluso de niño, recuerda haber salvado su pellejo de milagro huyendo con sus padres bajo una lluvia de piedras tiradas por fieles enfurecidos acuciados por un cura que acusaba a mi padre, hermanos y abuelos de ser demonios.
Esto era en 1930, en Francia. Mi padre tenía 7 años.
Me alegro de que los Papas que has citado manejaran el humor con tanto brillo. Qué lástima que no hayan sabido contagiar este don al resto del mundo eclesiástico.

leo bassi | 08 Noviembre 2007




Leo,

mi crítica se centra en un punto de su editorial. Es un punto más bien sugerido que explícitamente dicho. De su editorial se deduce que la labor iconoclasta del circo tiene como enemigo principal una moral establecida en el que "el orden divino" y la idea de pecado suponen su punto grueso. Es decir, que romper con la opresión tiene también como misión atacar la creencia en Dios y el cristianismo.

Ciertamente yo me he centrado en la comicidad porque me parecía el tema más fácil. Pero no sólo. Cuando hablaba de san Francisco lo mencionaba como bufón que también fue en contra de lo establecido para vivir libremente una serie de viejas enseñanzas de las que se hablaba mucho en su época pero pocos se atrevían a aceptar en su fundamento liberador. Creo que las llamaban "evangelio".

Y me apostillará usted, "es un caso afortunado entre pocos". Francisco tuvo suerte de encontrar libertad en una doctrina que por lo mismo, en aquel tiempo, se había lanzado contra los albigenses. Una Iglesia que, a la vez que deba libertad a Francisco para vivir el evangelio se la negaba a los albigenses por herejes. El mismo Evangelio que liberó a Francisco fue, en manos de Inocencio III, excusa para acabar con los cátaros.

Y digo yo..., el problema es común a todo el género humano, y creo que el caso particular de Occidente es eso, sólo un caso particular. La cultura, que es un juego, una labor creativa similar a la circense, adquiere rasgos monolíticos, se coagula y tiende a medrar la libertad individual. Pero es el caso de las religiones, pero también de toda constumbre, sacra o profana, caso de la propia ciencia... es un peligro del que el laicismo tampoco está exento (atropeyos laicistas los ha habido, y cuantiosos).

¿Qué quiero decir con esto y que relación tiene con lo aterior? Tiene que ver en que la esencia del cristianismo y la creencia en Dios no tiene más de opresora que de liberadora, de vituperable que de vituperadora, de risible que de ridente. El cristianismo nació precisamente en medio de un ahogado grito de libertad en el centro de un Imperio sólidamente establecido. Y los primeros cristianos vivieron como su familia, sintiéndose libres pero enfrentados al peso de lo establecido. (Y fíjese, ironías de la historia, también fueron apreciados como divertimento público, aunque en vez de como payasos y acróbatas, como comida de leones.) Después, por desgracia, cuando ese grito de libertad se solidificó, también sirvió para ahogar otros.

Su cruzada laica no está exenta de este peligro. Sinceramente, el propio hecho de llamarla cruzada es, para mí, un mal augurio. Y el otro hecho de que usted en su "cruzada" se una a un "concilio" que, confesadamente, quiere acabar con la religión, tampoco me resulta un buen augurio. Y no deja de ser legítimo que ustedes quieran acabar con la religión mientras esto sea sólo en el plano de la lucha de ideas. Pero es preocupante. No sé si se da cuenta de que ese laicismo también puede ser una forma de presión sobre otras personas. Aunque nunca llegara a la violencia o a la coacción. Hay otros tipos de presión: seguramente, en una época con el siglo XIX no hacía falta tirar piedras para que el catolicismo oprimiera a quien no quería vivirlo. Estaban los comentarios, la exclusión social, los desplantes...

Yo tengo la convicción de que mucha de la gente metida en la cruzada tiene una visión de mí (como joven católico, "papista", creyente...) que de ser la mayoritaria me supondría exclusión. El credo católico no es más excluyente que el credo (porque es un credo) ateo o laicista.

Para mí el catolicismo es libertad. Lamento que no lo haya sido para todo el mundo, y pido para que lo sea. Y somos muchos así. También obispos (y esto lo digo sabiendo que no le va a convencer, pero sabiendo lo que digo). Y me siento libre y quiero hacer libres a los demás, es decir, evangelizarlos. Y aprendería a reir y hacer acrobacias, y me convertiría en un payaso para extender la libertad evangélica. Me parece loable la vida de los "bajos", pero para mí el verdadero bajo es aquel que murió para liberarnos siendo un Dios.

Imanol | 12 Noviembre 2007



Imanol
Me ha gustado mucho el tono de su carta. ¡ Ahora sí podemos discutir!
No estoy de acuerdo con su manera de ver las cosas pero me encanta la
posiblidad de intercambiar ideas con una persona que tiene convicciones
claras y el deseo de compartirles.
Yo tambien soy así y por eso ya tenemos algo en común. Vamos entonces a lo
que nos separa.
Antes de todo tengo la sensación, por la facilidad que demuestras en
manejar tus argumentos que sería inutil por mi parte intentar
convencerte de que te estás equivocando. Percibo vitalidad en tu pensamiento
y apertura de espíritu ,lo que me parece excelente y refleja bien la
calidad de tu educación.
Pues bien, si estoy aquí con ganas de argumentar contigo - incluso
teniendo poco tiempo para hacerlo- es por curiosidad de saber el cómo tú
has resuelto las contradicciones y carencias que me han hecho rechazar la
fe que tu profesas.
Quizás, si eres convincente seré yo el que me convierta... ¡¡Aunque lo dudo!!
Empecemos.
Por la manera en que hablas, das por cierto que considero todo el
cristianismo como obscurantista y cerrado al mundo. No es así.
El año pasado fuí a una conferencia de Leonardo Boff y he podido hablar
con él despues. Tengo su libro " El águila y la gallina" dedicado al
Bufón Leo Bassi de su mano.Te puedo asegurar que he valorado mucho este
encuentro. Fuí profundamente impactado por la fuerza de sus ideas y la
amplitud de su visión cosmogónica. He descubierto el significado de la
teología de la liberación que me ha parecido muy cercana a la esencia de la
enseñanza de Cristo. Me ha parecido,también, perfectamente en la línea
del concilio Vaticano II y por ésto, la condena del entonces cardenal
Ratzinger a todo el movimiento me parece una verdadera locura.
Admiro el pensamiento de Boff pero no lo comparto y la razón es simple:
No soy cristiano. De las muchas cosas que me separa del cristianismo en
particular y del monoteismo en general, uno de los puntos más
fundamentales es que no pienso que exista el bien y el mal. Sin mal, no
necesitamos ser ni salvados ni liberados.
Esta idea de que somos todos pecadores me parece un insulto al concepto
mismo del ser humano.
Fue un Chamán indio de la tribu Ojibwa - en la provincia canadiense de
Manitoba - quien me ayudó a cambiar radicalmente mi manera de pensar
acerca de este asunto.
Tuvimos juntos una larga conversación de dos dias que fue para mí una
auténtica revelación . Por motivos que todavía hoy no acabo de
entender, este viejo hombre había decidido de transmitirme parte de su
sabiduria. Un viaje iniciático que fue truncado por la llegado de sus dos
hijos que me echaron del Tipi familiar por miedo a ver al abuelo desvelar
todos sus secretos a un "guiri"... .
Para este hombre y con él, para muchos de los pueblos antiguos -como mis
lecturas sucesivas me han confirmado-, el bien representaba la normalidad
y el mal, lo que es anormal, enfermo, incluso loco.
Cuando una persona hace el bien, cumple con el orden natural
de las cosas, lo que significa que está sana. Si hace el mal,la persona se
sitúa inmediatamente fuera del flujo vital y se va a encontrar sólo, lo
que equivale a ilógico y contrario a sus propios intereses.
Y es que somos animales sociales: Necesitamos amar y ser amados.Por el
contrario, el mal nos va a alejar de los demás, nos va a dejar sólos y la
soledad es la peor cosa que nos puede pasar. ¡Es como la muerte! . Entonces,
si alguien hace el mal no hay que castigarlo,sino que él ya se está
castigando a sí mismo.
El deber de la comunidad es curarle, hacerle volver a lo que
es normal, es decir, al amor.
Evidentemente, la idea de aislarle socialmente para evitar que vuelva a
hacer algo dañino, es imprescindible - sea la carcel o un centro
siquiátrico-, pero no como castigo, sino como vía de curación.

Lo que me gusta de esta filosofía es que es increiblemente humilde y por
eso tan humana.
No hay particular mérito en ser bueno:¡ Es lo normal!
Esta idea ha sido para mí liberadora y, por qué no, yo también quiero
hacer "proselitismo" a mi manera.
Para eso es todo.

p.s.: Este intercambio de cartas entre un joven español y un viejo Bufón
me hace pensar en el libro de Aznar...

leo bassi | 14 Noviembre 2007




Estimado Leo:

Me alegro de que usted no considere al cristianismo como obscurantista, pero no creo que sea el caso de sus "amigos" de Toledo. El viejo credo ilustrado que propugna la necesidad de la desaparición de la religión es retomado por muchos de ellos en su más radical entraña. De esta manera, en muchos foros o páginas suyas no se habla en absoluto de diálogo: antes bien, hay quien incluso dice que no es posible el diálogo, que es absurdo, porque precisamente el que desaparezcan las religiones es la condición de posibilidad de un diálogo maduro y serio.

No creo que le convierto, y lejos de mí ese afán. Al menos por cuestión de edades sería más posible la opción contraria. Yo conservo la aperturo de mente propia d ela edad, aunque veo difícil el apartarme del cristianismo, porque para mí ser cristiano es ser de Jesús. Recordando una catequesis que escuché una vez al cardenal Amigo me vienen a la memoria unas palabras que sintetizan muy bien mi vivencia: cuántas veces he intentado alejarme de ti, cansado... pero cómo voy a hacerlo Señor, "¡si tu amor me quema hasta los huesos!".

Pero considerando lo que usted planteaba: no veo la contradicción entre la normalidad del bien y la salvación. Es más, la visión que del bien y del mal tenía "su" chamán indio es muy parecida a la de la tradición occidental. Esa normalidad del bien es la que se puede encontrar en la ética aristotélica y será San Agustín quien, haciendo suya una afirmación platónica, dirá que el mal no existe: sólo hay bien, el bien propio en el que consisten todos los seres, el mal es sólo pérdida del orden normal de las cosas, "ausencia de bien".

No veo yo, pues, contradicción. Aunque si veo que afirmando esto puede parecer que la doctrina del pecado original y de la salvación son innecesarias. Ciertamente, la tradición filosófica que ayudó al cristianismo ha situarse y expresar razonablemente su doctrina no fue, ella misma, cristiana. Ni Aristóteles ni Platón eran cristianos (ni judíos). Especialmente, la idea de pecado y redención hubiera sido muy extraña para Aristóteles.

Con esto me pregunto yo cómo pudo un griego o un romano, tan lejos de la profunda experiencia de pecado de los judíos, ser convencido por el cristianismo.

Yo, como ellos, creo que el mal es, ciertamente, desorden, enfermedad, ceguera, locura... pero creo también que, precisamente, el mal no es sólo individual y accidental, sino algo que está misteriosamente en el fondo de nuestra alma. No quiero decir que seamos malos por naturaleza (eso es lo que decía Lutero y, recordemos, para el catolicismo es una doctrina equivocada). Entiéndase: el mal es un misterio, un misterio que misteriosamente vive en nuestro vecindario.

Del mismo modo que enfermamos en el cuerpo, me parece igual de cierto que el alma puede enfermar. Y del mismo modo que en el plano teórico podemos imaginar un cuerpo perfecto que no sea afectado por ninguna enfermedad (porque enfermar es sólo algo accidental), lo cierto es que todo el mundo enferma. Igual con el alma. Uno puede leerse la Ética de Aristóteles o escuchar a "su amigo" chamán y ver claro que el mal es inesencial al ser humano (nihil obstat). Lo normal es el bien, el mal es algo que pasa pero no tendría porqué. Sin embargo, pasa, y todos hemos "pecado" alguna vez.

Pero de lo que yo le estoy hablando es aun más radical que un sencillo "quién esté libre de pecado que tire la primera piedra". Es más que decir un infantil "nadie es perfecto". Es mucho más radical. Se trata DEL ORDEN DESORDENADO DEL MAL. El mal es sólo una carencia, pero es terrible. No hay más que pensar en experiencias como la guerra, la pobreza, el odio... pero lo peor es que no se puede decir de ello que sea una enfermedad que acaezca sin más... lo peor es que tenemos miedo porque está muy dentro de nosotros la posibilidad de matarnos, odiarnos, engreirnos, utilizarnos...

Yo me pregunto por qué el mal está tan presente en el mundo de la cultura y el arte. Y me respondo que es porque su misterio lo sentimos muy cerca. Cuando vemos la tragedia de Medea, cuando volvemos a ver una proyección sobre el holocausto judío, solemos tener una experiencia de catarsis, de miedo y purificación de los ánimos... pero, creo yo, no siempre porque nos ponemos en el lugar de la víctimas... A VECES TAMBIÉN PORQUE TEMEMOS SER LOS VERDUGOS.

Yo doy gracias de que la situación en la que vivo hoy en día es muy distinta a la exaltación pangermanista de vísperas de la guerra mundial. Pero haciéndo abstracción, no puedo decir que yo nunca hubiera sido nacionalsocialista. No lo sé. Es muy fácil decirlo ahora. ¿Pero entonces? He ahí, lo que digo: el mal es un orden (desordenado) que amenaza con engullirnos, es una espada de Damocles.

Hay un orden del mal. Se presenta y tiñe lo que le rodea, y el hombre se las ve canutas para quitárselo de encima. Puede parecerle muy metafísico o abstracto lo que le digo.... Yo, por contra, creo en el misterio de la iniquidad, como lo llamaban los medievales, y no he encontrado mejor clave para barruntarlo que la bíblica. No hablo de solución, hablo de clave... no hablo de entender, sino de barruntar. Sobre todo me refiero al Génesis. Tampoco este libro define ni soluciona el mal. Sólo relata un "cuento" por medio del cual pretende expresar las claves de la vivencia del mal humano. El orden normal que supone el bien es representado como el Edén, un momento en el que Adán y Eva, como prototipos de lo humano, no conocen el mal. Viven ordenadamente, sanamente. Pero cuando conocen el desorden y le dejan entrar en ellos todo cambia. El conocimiento del mal (representado por el árbol de la ciencia del bien y del mal) acaba con el candor de quien sólo conoce el bien, y abre su corazón a la posibilidad del mal.

En esto radica el problema. No en que el orden natural eventualmente se (cor)rompa, sino en que eso trae un conocimiento de las posibilidades de que se (cor)rompa. Y las experiencias humanas, individuales y colectivas, no son asépticas. No pasan sin más. Dejan un poso, una experica de desorden, de posibilidad de volver a caer. El que mata uan vez es ya asesino, por decirlo de algún modo.

Todo esto es muy complicado. Usted dirá que esa experiencia de la corrupción no necesita de más redención que de no volver a darse. Quizás necesite, como ha planteado, una "cura social", una terapia moral. Pero es exagerado, a todo punto, pensar que existe un Dios y que se hace hombre para morir y liberar al hombre de ese desorden.

En este punto hay una idea muy bonita que escribió Umberto Eco en un diálogo abierto que tuvo por carta con el cardenal Martini. Lo que venía a decir es que no es necesario que Dios nos salve. De hecho, le parece con una fuerza mucho más "redentora" el que la redención sea un mito. Es decir, el propio hecho de que el hombre, después de lo malvado que es, haya sido capaz de IMAGINAR que hay un Dios que es Amor, que ese mismo Dios nos quiere y viene al mundo para compartir con nosotros el pan, y que ese Dios decide sufrir (con los hombres sufrientes) y morir para apartarnos de ese mal es ya algo que nos honra. Es más, esa fuerza imaginativa nos redime de nuestras propias carencias. Somos capaces del mal, pero somos capaces del bien, y de imaginarnos el bien con tanto refinamiento como el que hay en los evangelios. Venía ha decir Eco, eso dice mucho en favor nuestra, y de algún modo nos redime.

Para mí la redención es algo más que un mito bonito e inspirador. Es verdad. Pero me he extendido demasiado. He hablado mucho del pecado y del mal, que es un tema demasiado difícil. Es un misterio inagotable. Piense si quiere sobre eso. A mí me da mucho que pensar. No he hablado apenas de la redención, que es precisamente lo mejor de esto. También es muy difícil hacerlo aquí. Y en esta ocasión me parece mucho más bonito terminar con la idea de Eco.

P.D.: tiene razón, pero yo prefiero leer las cartas de un bufón que al menos sabe que es tal...

Imanol | 15 Noviembre 2007



Imanol he leido tu texto sobre el bien y el mal. Es denso y interesante pero no te puedo contestar en este momento porque estoy trabajando mucho con mis espectaculos y otros proyectos y no tengo tiempo de enfrentarmi con tus argumentos. En unos dias, las cosas se calmaran un poco y volverò a nuestro intercambio que me gusta mucho. Hasta luego.
leo

leo bassi | 18 Noviembre 2007




Me imagino que usted sabe cuál es mi dirección de correo, dado que se exige en cada mensaje. Para cualquier cosa me puede escribir allí.


Imanol | 19 Noviembre 2007



Bueno, después de unos días muy activos en Canarias con actuaciones en Tenerife y un viaje relámpago en La Gomera buscando las huellas del pueblo Guanche he vuelto en la Península con ganas de volver al hilo de nuestro dialogo por internet. Tu me ofreces la posibilidad de continuar por privado pero la verdad es que no se conserva las direcciones de correo electrónico que el sistema informático pide y de todo manera prefiero mantener este discusión publico porque creo que puede ser de interés para otros usuarios de la web. La consistencia moral y la solidad de la fe que demuestras junto con tu entrego a la hora de discutir concurren en hacer de este intercambio algo muy agradable para mi y un ejemplo de como se puede entablar un profundo enfrentamiento existencial de manera fructífera.
Pero ya se acaba el tiempo de las cortesías preliminares y es hora de entrar en la argumentación.
Mi posición es clara.
No necesito al concepto de Dios para dar un sentido a mi vida.
Ademas veo en este artificio una grave equivocación que aleja al ser humano del verdadero conocimiento de su condición existencial poniendo un flltro entre lo que vivemos y la manera que lo interpretamos.
Tu concepto del mal -dejamos el bien visto que parece que estamos en acuerdo- refleja perfectamente el daño que puede producir la intromision del "sobrenatural" en el proceso de conocerse.
He leido y releido tu carta y una frase se destaca en particular: " ... el mal no es sólo individual y accidental, sino algo que está misteriosamente en el fondo de nuestra alma."
No puedes imaginar cuanto me molesta una tal afirmacion de la parte de una persona joven como tu. ¡Me hace venir en mente imagenes del demonio en el arte sagrado medieval!
Con la inteligencia que tienes como puedes arrendarte al mal como se fuera una fatalidad. Hay que luchar contra el y para hacerlo, hay que conocerlo. Es demasiado facil de atribuirlo a fuerzas "misteriosas" y así tener una coartada para el peor de las deviaciones. Cuantas veces he visto describir los casos de pedofilia en la Iglesia catolica como "manifestaciones de Lucifero" como si fueran sus autores "victimas" y no las bestias responsables del peor daño que puedes hacer a la inocencia de un niño: Violarlo con la autoridad que te da tu condicion de hombre de la Iglesia.
Me imagino que conoces el caso de Marcel Macial, fondador de los Legionarios del Cristo.
a leer (http://www.pepe-rodriguez.com/Sexo_clero/Casos/Sexo_clero_M_Maciel_Leg_pedof_denuncia_Papa.htm)
`Tenemos el deber de mantenernos buenos y para no caer en la aberacion del mal hay que buscar en la profundidad de nuestra subconsciente las fuerzas que determinan nuestras aciones. En esto respecto, las ideas de Karl Gustav Jung son extremamente inspiradores para los valientes que tienen la perspicacia de adelantarse en su obra.
Yo mismo he llegado a la conclusión que a la base de todo hay un impulso vital que se divide en una motivación altruista para asegurar el bien de la especia y un instinto egoísta que busca la satisfacción de nuestros propios deseos. En linea general, para simplificar, el bueno es altruista y el mal egoísta... ¡Pero el problema es que las cosas no son tan fáciles!
La sexualidad es un ejemplo perfecto de la complejidad de las fuerzas que tenemos en nosotros. El placer sexual es a la vez egoísta y altruista porque es esencial a nuestra supervivencia.
Sin libido nuestra especia se extinguiría pero esto mismo libido, mal enfocado, te lleva a ser un Marcel Macial.
¿Como orientarnos en este "relativismo" existencial?
Yo he siempre confiado en la profunda sabiduría de la naturaleza y creo que incluso en el difícil asunto del Bien y del Mal, Madre Natura ha venido en nuestro ayuda dando nos una maravillosa brújula interior: El Amor.
En el espacio limitado de esta carta, no puedo matizar esta idea pero tengo la profunda convicción que es algo que tenemos dentro nuestra propia esencia para orientarnos y ayudarnos, como especia, a sobrevivir. El mal aparece cuando se estropea esto mecanismo.
Soy convencido que para vivir sanamente hay que encontrar este equilibrio entre lo que es bueno para el individuo y lo que favorece el desarrollo de todo la humanidad. Es una tarea que necesita una constante vigilancia porque nada es lo que parece y es muy fácil de caer en el error. Por eso, cuando uno vive la vida con esta intensidad, saber perdonar se transforma en la única actitud lógica frente al mal visto lo difícil que es de no caer en el.
Esta ultima reflexión puede sembrar muy cristiana y seguramente es a esta idea que el cristianismo aludía cuando hablaba del perdono pero lo que te estoy diciendo no es un perdono "genérico" que viene desde nuestra bondad, es algo que nace por haber tocado las raíces de la condición humana.
Y ahora, amigo Imanol, te voy a dar un consejo.
La sensación que me has trasmitido en tu correspondencia es de una persona apasionada, inteligente y leal. Esta ultima cualidad lo deduzco por la manera que has asumido tu creencia y la sinceridad con lo cual dominas los argumentos que la sostiene. Sin embargo, tengo una duda.
Percibo también mucha soledad reflexiva que por un lado es loable en una sociedad superficial como la nuestra pero me crea un malestar sabiendo que eres una persona joven.
La sabiduría y el equilibrio que demuestras tendría que llegar mas tarde en tu vida, ahora es tiempo de experimentar y equivocarte.
El tiempo de la locura y del desrazonable.
¡Entre limites, por cierto ... Pero tampoco tantos!
Tus ideas son buenas pero demasiadas teóricas. El problema es que si no aprovechas de los impulsos que la naturaleza te proporciona en este periodo de la vida, nunca llegares al esencial y tu te quedaras como un observador de las cosas cuando podría ser un protagonista.
Seria lastima que el flujo de las energías positivas y creativas perdieran la contribución de una persona buena como tu.
Ultima palabra en relación con el Concilio Ateo de Toledo.
Tu encuentras negatividad y beligerancia en ciertos discursos de los miembros de la comunidad atea.
Puede ser que tienes razón, pero por lo que te he dicho antes: ¡Perdonadles!
Habiendo vivido desde dentro las persecuciones de los fanáticos creyentes como, por ejemplo, encontrarme con una bomba de 1 kg de explosivo frente al camerino, no ayuda a ser objetivo...
Habiendo constatado la monstruosa hipocresía de gente que se dicen ser dedicado a un Dios del Amor, humilde y bueno y que continuamente se encuentra del lado de los Dictadores, colonizadores, terratenientes y aprovechadores de todo tipo. Que en nombre del mismo Dios han matado y cumplido genocidios activos (los Catharos, la cuarta cruzada en Bysance, la Inquisicion contra los Judeos ) y pasivos (el silencio del Papa Pío XI sobre el holocausto cuando una palabra solo habría puesto Mussolini en serio apuras)
Y pues, por los Españoles, el papel de la Iglesia Católica al lado de Franco, algo que como extranjero no puedo valorar con la misma intensidad que mis amigos que lo han vivido en la carne.
La lista es larga, pero ya sabes por donde van los tiros...
Esto era Ayer... Hoy estamos hablando:¡ Mejor así!
Por cierto hay que leer a Leonardo Boff. Cuando habla de liberación, no es en un plano político es en su dimensión sensual. Puedes aprender de el...
Muy interesante
a leer (http://www.leonardoboff.com/)

leo bassi | 24 Noviembre 2007

2 comentarios | Participa en el debate

Estimado Sr. Bassi: asumo desde el primer renglón que le dedico y con él los primeros diez segundos de mi tiempo, que su ateísmo tiene unas bases sólidas y supongo que bien fundamentandas, a su propia e íntima manera. Sólo le escribo para indicarle, única y exclusivamente que, como seres orgánicos, todos moriremos. No obstante, como seres conscientes de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, La ecuación se hace sinuosamente peligrosa al final de nuestros días, pues puede procurarnos momentos angustiosos sobre el descanso final de nuestra alma- entendida como nuestra propia esencia- y de nuestros huesos. Y créame, un hombre con inquietudes sobre lo divino y lo humano, como lo es usted-ironía de la frase y del destino-, posiblemente lo pasará mal en su lecho de muerte- dios quiera que dentro de muchos años y en las "mejores" condiciones posibles, por supuesto-, pues buscará desesperadamente la esperanza de una continuidad de su propio ser. Y no tener la esperanza le reportará unos momentos muy desagradables.

PD: obviamente, aunque a priori parezca lo contrario, no le deso ningun mal. Sólo le expreso, rápidamente despues de un examen, el fallo infinito del ateísmo. Desde mi punto de vista, claro está.

CypresCreek | 02 Febrero 2008 | Responder

Señor Arbol del Camposanto:
¿Porque querer desesperadamente la continuidad del propio ser?
Si queremos desesperadamente, por ejemplo, tener un pene más largo,
¿eso implica la necesidad de un Dios que se lo alargara en la otra vida a los creyentes que hayan sido buenos?
por imaginar eso ¿se muere uno más reconfortado?
...., bueno, igual sí.
Debería predicar esto. Puede tener un público necesitado de consuelo.

Señor Payaso: no menosprecie los placeres que puede obtener un joven de una juventud reflexiva y catolica. Incluso sensuales, y no es un broma de capa-curas. Escoja el Camino que escoja, siempre tendra pecados omitidos de los que arrepentirse.
El punk, al contrario de los hombres, no muere. Ser un joven catolico reflexivo y abierto de mente es una forma de ser punki. Ser-un-joven-como-corresponde-a-su-edad puede ser tan de misa-y-vida-sexual-sana como cualquier otras cosa que Haiga que ser porque-es-lo-que-toca.
Hubo un socialismo frances del XIX, de mucha risa, y muy serio, que reivindicaba los gustos y los placeres diversos. Lo mismo la caridad sexual que el derecho al vicio particular de la monogamia. Fourier, que gran tipo. No hubiera vestido a todos los chinos iguales.

Señor Imanol: que su tocayo Dios le reparta suerte y no tenga que arrenpentirse, ni el lecho de Muerte, ni en el lecho de ninguna otra amable señora.
Pax vobis.

eclesiastes | 28 Febrero 2009 | Responder



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Esta entrada fue publicada el 15 de Diciembre de 07 y está clasificada en: Dialogo.

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