Editorial

Carta abierta al Obispado de Santander

Ya lo sabéis, el espectáculo se desarrollo con grande normalidad frente a una platea llena a rebosar y con el púbico visiblemente entusiasta. De ver la gente ponerse de pie al final de la obra y concederla un largo aplauso fue mas que una victoria personal.

Era un profundo agradecimiento colectivo a todas las personas que no obstante las presiones, me habían mantenido con su firmo apoyo. Desde los organizadores del certamen y los responsables de la Universidad hasta los políticos y grupos laicos que se manifestaron en mi favor, a todos iba dirigido este saludo.
La actuación que ustedes habían descrito como un torrente de basura y de blasfema se revelo ser una critica a los preceptos del monoteísmo, critica pertinente y del todo legitima, asentada sobre bases perfectamente argumentadas.

Mucha gente fuera sorprendida también de oír una defensa de la Teología de la Liberación y de Leonardo Boff.
En el clima de histeria creado antes de mi llegada, era fácil ignorar que ciertos temas de la Revelación como la ecología y el misticismo de los pueblos indígenas son muy cercanos a la esencia del pensamiento de Boff. Algo que he podido comprobar en primera persona teniendo la suerte de encontrarlo en España hace unos meses. Pero su presencia en la obra va mas allá de lo que me ha inspirado su sabiduría. Me recuerdo perfectamente la viva indignación vivida hace 20 años cuando el entonces cardinal Ratzinger lo condenó junto a todo el movimiento renovador de la Iglesia en América del Sur confirmando una vez mas la quebrad moral y la hipocresía de las instituciones religiosos que a la hora de la verdad eligen siempre el lado del poder y de los corruptos.

El espíritu que hay por detrás de la Revelación es ciertamente anticlerical pero por razones muy diferentes de las que ustedes han propagado. ¡Que grande lastima que toda esta movida que ha calentado tanto las animas se había montado sobre mentiras y calumnias! Lo que es cierto es que no tengo rencor ni en contra de ustedes ni en contra de las personas que se manifestaron delante de la facultad de medicina. Son ustedes víctimas también de lo que les han mentido vergonzosamente sobre el verdadero contenido del espectáculo como es víctima toda la población de Santander llamada a tomar posiciones en un asunto sin mérito.

Ahora llegamos a la pregunta fundamental: ¿Porque todo esto paso y que cosa había por debajo de esta trama?
Pienso no sorprender a nadie si afirmo que los hechos que me han involucrado son parte de una estrategia política mucho mas amplia basada en la movilización de la gente humilde, les haciendo creer que el país esta cayendo en el abismo y que el Anticristo esta para volver. Una manipulación cínica de las creencias profundas por fines electorales que representa el peor de las maldades intelectuales. Esta visión del ocurrido se ha visto plenamente confirmada por como se desarrolló la manifestación en contra de la Revelación. En primera linea frente al publico que entraba, un grupo nutrido de personas mayores, cruces en mano, visiblemente sincero en su afano, a veces excesivo, de resistir a las hordas de Satán. Mas atrás, observando la cruzada, algunas personas mas jóvenes y de otro clase social proporcionando carteles y apoyo técnico cuando hacia falta y animando a la peña en los momentos de duda.
Una manera profundamente deshonesta de concebir la política pero de poco impacto a tratarse de obstaculizar un monologo en un pequeño teatro.
Que decir, en cambio de la desfachatez de ciertos comentaristas que adoptan el mismo método en programas de televisión y de radio de grande audiencia y se permiten hablar impunemente de que España vive una situación de enfrentamiento social y que estamos muy cerca de una "guerra civil", cuando en la calle no esta pasando nada.
Esta utilización obscena de la mentira para diseminar el miedo y crear tensiones es lo que hay de peor en las relaciones humanas.

He leído con atención los cinco puntos del documento que Ustedes han publicado antes mi llegada y noto la insistencia con lo cual han reiterado los valores cristianos de la paz, del amor y del perdón. Un ideal de vida admirable que toca seguramente la esencia del ser cristiano como he podido constatar en la presencia de Leonardo Boff.
Pero si las cosas son así como pueden Ustedes tolerar que algunos que hablan en nombre de la defensa del cristianismo pudieron pisar sus valores mas profundos. ¿Como pueden Ustedes tolerar, por ejemplo, una emisora como la COPE y su derroche diario de odio y de mala leche?

¿O es cristiano el Cardinal Canizares cuando dice en Toledo que mi espectáculo es "un atentado a la libertad religiosa" emulando a Jiménez Losantos en la utilización maligna de las palabras cuando el sabe perfectamente que una cosa no tiene ninguna relación con la otra."

Esta doble moral, estas malas intenciones van a la raíz de lo que me motivo cuando salgo en el escenario para contar al publico la Revelación.
Quiero que las personas que me ven como un enemigo se convencen que estoy animado por razones altamente idealistas.
El lucro me da igual.
¡Si de verdad tenemos que enfrentarnos, que por lo menos este enfrentamiento se haga con las ideas y no las calumnias!

En conclusión el viaje en tierras cantábricas ha sido profundamente gratificante. He podido confundir a los auto-proclamados "defensores de la virtud" enseñándoles por lo que son:
Una pandilla mezquina y mentirosa.
He podido, también, conocer a mucha gente honrada que no ha cedido al vil chantaje, arriesgando hasta su posición social y su empleo para defender las cosas en las cuales creen.
Este Cantábrico noble y generoso se quedara por siempre en mi corazón.

Por ultimo, como saben Ustedes no soy cristiano lo que significa que no tengo vuestra facilidad para perdonar.
Su papel en este asunto ha sido pésimo y estoy esperando que alguien en el Obispado asuma sus errores y se disculpe delante de mi y de toda la gente relacionada con el Festival de Teatro por el sufrimiento producido por esta campaña patética.

Leo Bassi.

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BUFONADAS

Después de pasada una tormenta en la que muy pocos se mojaron, con duras protestas, usando una campaña mediática orquestada y organizada eligiendo Santander como centro de agitación, se representó en la Sala de Medicina el espectáculo “La revelación”, del actor italiano Leo Bassi, dentro de la Muestra de Teatro Contemporáneo patrocinada por Caja Cantabria y Universidad, cuya suspensión pidieron ciertos sectores ideológicos al considerarla “de oído”, sin haberla visto (así lo ha declarado la mayoría), una obra blasfema.

Previamente, el consejo asesor del Aula de Teatro de la U.C., después de visualizar el vídeo-muestra y la información que adjuntaba, decidió programar la obra al no advertir intenciones blasfemas, valoración ratificada sobradamente después de la genial actuación de Leo Bassi.

Visto en vivo, es el trabajo de un prodigioso bufón contemporáneo dedicado a hacer reír transgrediendo normas, costumbres y creencias convencionalmente aceptadas, que es la regla general del humor y siempre ha sido la de los cómicos; por la tanto una manifestación más del hecho
teatral en este caso extraordinaria y llena de talento, y su representación, opción legítima de cualquier muestra de teatro.

Al acto, de libre acceso y tras arrojarlo a las catacumbas, asistieron unas 400 personas, las únicas capaces de opinar y denunciar si lo consideran motivo de delito, para que la Justicia decida, que es la única con potestad de hacerlo en una sociedad democrática.

Esa gran mayoría de ciudadanos y contribuyentes a los que se cita como ofendidos en las cartas enviadas contra la representación, fue la que votó democracia y libertad de expresión y promulgó leyes para que no se tomen la Justicia por su mano ciertos grupos y/o camarillas, concentrados a las
puertas del teatro, entonando cantos religiosos con velas encendidas, abucheando, agrediendo, escupiendo y pateando indiscriminadamente (¿contradicción?) a todo el que deseaba entrar al acto.

Que no nos quiten el humor, lo poquito gratificante que nos queda en esta hipócrita sociedad.

Isaac Cuende Landa | 25 Diciembre 2006 | Responder

ESCÁNDALO Y REVELACIÓN EN SANTANDER

La programación en Santander de “La revelación “ de Leo Bassi por parte de la Universidad de Cantabria y la Obra Social de Caja Cantabria ha supuesto un escándalo para ciertos sectores católicos ultraconservadores, al tiempo que una revelación de que hay grupos y mentalidades
recalcitrantes que todavía no han asimilado algunos principios básicos de una sociedad democrática.
Santander y toda Cantabria, “linda tierruca” privilegiada por la naturaleza es todavía, a pesar del destrozo urbanístico que padece, un bello lugar para vivir y donde se disfruta de una aceptable oferta
cultural, pero, de cuando en cuando, te quedas muda y abochornada, por algunas actitudes y ciertos personajes, vestigio de una larga historia de reacción y conservadurismo.
Cierto que en otras ciudades también ha habido algo de alboroto con este espectáculo, pero sin llegar a este alarmante nivel. Aquí, aunque promovido por una minoría bien organizada que se sentía escandalizada en su acepción de “daño espiritual”, por una obra que ¡ojo! ninguno de los
escandalizados había visto, ha supuesto también un escándalo, en su acepción de “tumulto” que ha ocasionado otros no pequeños sucesos escandalosos:
Bajo la presión de los curas, fieles devotos, y algunos comparsas seguidistas de la consigna, mediante correo electrónico, homilías parroquiales, cartas al director, comunicado en la prensa del obispo, etc., el Consejo de Administración de la Obra Social de Caja Cantabria, quince días antes del estreno, acuerda desvincularse de la representación programada y cede al chantaje orquestado, sobre todo por la amenaza de la retirada masiva de cuentas de la entidad. Estupendo: parece ser que sólo estos católicos radicales son sus clientes, olvidando que la labor cultural de la Obra Social la pagamos todos los clientes de la Caja y resulta inadmisible acatar su censura previa y sus intentos de que se suspenda una función porque a ellos les molesta.
Más escandaloso aún, porque atenta a una moral universal que condena el cinismo y la mentira, es que Caja Cantabria haya aducido “problemas de orden técnico”, descarada falsedad que hace sin embargo pública en un anuncio de prensa (2/12/2006) y como ello no debe de contentar
suficientemente al obispado añade en un segundo remitido publico (11/12/2006) que no ha mantenido relación contractual con Leo Bassi ni realiza aportación económica alguna para esta representación. Atónitos quedamos, porque se puede certificar que la programación desde el Aula de Teatro de la UC de esta XVII Muestra, una más de una sólida trayectoria de gran calidad, estaba aprobada y financiada por la Caja desde el mes de septiembre. Un paso atrás inesperado que esperemos haya sido meramente coyuntural.
Escandaloso es igualmente que, sostenido el espectáculo por parte de la Universidad en justa defensa de su autonomía y de la libertad de expresión, firme hasta el final contra la presión que trataba de vulnerar el principio universitario de ser el espacio natural para el ejercicio de la libertad de pensamiento y de crítica, un nutrido grupo de católicos enfurecidos, increparon, insultaron y zarandearon en la entrada a varios espectadores, entre ellos a miembros del Gobierno regional.
Asistimos así finalmente a dos espectáculos. En el de fuera, me vi inmersa en un túnel del tiempo, treinta años atrás, un escenario de crucifijos y velas, cánticos religiosos y pancartas contra los blasfemos, y en la increíble paradoja de que quienes se sentían insultados por el montaje
teatral insultaban y pitaban enardecidos; quienes pedían tolerancia mostraban su clara intolerancia con quienes discrepan con sus ideas y quienes solicitaban respeto se manifestaban no sólo sin atisbo del mismo hacia los demás, sino incluso agresivos contra quienes acudíamos pacíficamente a una actividad cultural.
Pero esto con ser serio, puede resultar casi anecdótico. Lo que me parece más importante es que estas gentes piensan que la libertad religiosa impide la libertad de crítica a sus principios religiosos por parte de quienes no crean en ellos; que la libertad de expresión, opinión y pensamiento tiene que estar encerrada dentro de sus dogmas y barreras; que no se puede hacer crítica y menos burla de lo que para ellos es sagrado e intocable. No pueden concebir que para los agnósticos, los ateos, los no
creyentes, las religiones no son verdades reveladas, que expliquen ni den sentido al mundo.
También es falaz el argumento de los católicos que no se puede pagar esta actividad cultural con dinero público. ¡Vaya…! ¡Pero si en España se está financiando a la iglesia católica con miles de millones del presupuesto público de todos los españoles, si estamos pagando, por ejemplo, todos
sus gastos en la enseñanza concertada de sus numerosos colegios confesionales… Los grandes beneficiarios del dinero público intentan negarnos hasta las migajas a los contribuyentes que no somos creyentes.
¿Por qué los ciudadanos, aunque seamos minoría, no tenemos derecho a ver, no tenemos derecho a pedir a nuestros poderes públicos, un teatro comprometido, una visión artística que cuestione los diferentes sistemas establecidos? Y, como en este caso, ¿por qué no se puede financiar y pretenden prohibir la asistencia a un espectáculo que se declara partidario del laicismo?
Es hora ya de que los católicos aprendan a respetar a los laicos. Y que al igual que ellos defienden y hacen constante publicidad de sus principios, los no creyentes tenemos derecho a argumentar nuestras convicciones por todos los medios de que ellos disponen. Tienen que aceptar que existen
personas, en este caso un artista, que ha decidido militar en el campo de la razón y el laicismo, que quiere hacer proselitismo de sus ideas, invitando incluso ¿y por qué no? a abrazar la apostasía.
Por otra parte, hay que preguntarse ¿a dónde habría llegado la cultura si no hubiera habido a lo largo de la historia quienes se han atrevido a criticar usos y modos, creencias y dogmas? Abundan, que no sobran, los ejemplos contra las barreras dogmáticas y los fanatismos, contra la rancia y casposa tradición que intenta sepultar y marchitar el espíritu creador y el pensamiento crítico: el Libro del Buen amor y el Lazarillo, El Quijote y El Buscón…, a pesar de la persecución y la censura inquisitorial de su
época, sobrevivieron y por su calidad indiscutible figuran entre los clásicos de nuestra literatura. Y en nuestra actualidad, ¿también nos querrán prohibir las películas de Almodóvar, las parodias de Monty Python o los dramas de Harold Pinter?
Afortunadamente, hay muchos creyentes que no comparten estos fundamentalismos. Y al final pudimos ver y juzgar “La revelación”. En mi opinión, desde el punto de vista artístico, el espectáculo tiene calidad sobrada y estuvo más que bien y Leo Bassi se superó a sí mismo en este montaje desafiante contra el oscurantismo religioso y lúcidamente provocador de las conciencias adormiladas en favor de la razón y el laicismo.
En la abarrotada sala de la Facultad de Medicina esa tarde se respiró libertad y se disfrutó de un humor, irreverente y burlón, pero también reflexivo, en especial contra ciertas polémicas posiciones de la iglesia católica (sexo, sida, guerras santas, conflicto israelí-palestino…) Y, contra todo pronóstico, sin caer en la injuria ni el mal gusto.

ISABEL TEJERINA
Catedrática (EU) de la Universidad de Cantabria.

ISABEL TEJERINA | 25 Diciembre 2006 | Responder

HOMILÍA ATEA II

Sé de varias personas, además de mí, que el pasado jueves, día 14, acudimos con más de un prejuicio en contra a presenciar la función de Leo Bassi, “La Revelación”, con la que se dio por concluida la XVII Muestra Internacional de Teatro Contemporáneo, en última instancia programada en solitario por el Aula de Teatro de la Universidad de Cantabria. Tales recelos seguramente tenían su razón de ser en aquellas apariciones, de dudoso gusto, bueno, dudoso no, de mal gusto, en el programa televisivo “Crónicas marcianas”. Al término de la función esas personas y yo convinimos en que desde el inicio de la función escuchábamos un discurso serio, que alternaba la risa con la reflexión, mejor sería decir, que las con-fundía, que la humorada era reflexiva, y la reflexión envolvía su gravedad en la risa. Es un discurso el de Leo Bassi en este espectáculo que, más allá de creencias religiosas o actitudes ajenas a ellas, denuncia las barbaridades cometidas por el hombre contra el hombre, y que ponen en un seguro y cercano peligro de extinción a la especie humana; un discurso que pone en la picota la catadura ética de una parte minoritaria de la humanidad, que expolia, humilla y mata a otra parte de la humanidad, mayoritaria; un discurso, que no tanto denigra las religiones, como tales, pero sí como avales de políticas criminales, todas las de actual Imperio occidental, con capital en Washington, que con una frecuencia mayor que la deseable se perpetran en nombre de Dios, del Dios único, aunque por lo menos haya tres únicos.
Y es de esa perspectiva y con esas intenciones desde donde está estructurada la actuación de Leo Bassi, y los contenidos de la misma. Como fue desde las mismas perspectiva e intenciones desde las que José Saramago conformó su participación en el Seminario “El júbilo del aprendizaje: Beatos y bibliófilos en la pedagogía de la imagen”, que tuvo lugar en el Centro de Estudios lebaniegos, en Potes, dentro de la programación de la UIMP, participación de la que escribí un comentario, bajo el título de “Una homilía atea”, y que tuvo un espacio en la Sección de Opinión de este Diario, el día 14 de julio. Todo lo escrito en aquel comentario, todo, vale para este, por más que el discurso de Saramago fuera pronunciado en un foro académico, y en un escenario el de Leo Bassi, pero en un escenario universitario, el de la Facultad de Medicina de la UC, una vez excluido de la Sala de la Obra Social y Cultural de Caja Cantabria. No estuvieron escasas de burla e ironía las glosas del Nobel a ciertos pasajes de la Biblia, como no estuvieron exentas de seriedad las alternativas que a lo incomprensible, y por ello impúnemente utilizado por los poderes, opone el bufón.
Porque eso es de lo que va, y de lo que se honra Bassi, porque lo es, un bufón, descendiente de varias generaciones de payasos y bufones, esos truhanes que en otros tiempos distraían a los reyes y a sus cortesanos cantándoles las verdades, si bien ni siempre salían bien parados. También es bufón aquel que en el teatro italiano entretenía al público mientras se hacían los cambios pertinentes en el escenario; se presentaba con los mofletes hinchados de aire, otros actores de forma exagerada le daban bofetadas, de modo que el aire salía dando bufidos, y el público reía.
Leo Bassi salió a escena y soltó el aire que agitaba su conciencia, animado por las invectivas de quienes gritaban fuera de la sala y de quienes callaban en lugares más ocultos. Y cantó verdades de hoy, que son las de siempre, pero hoy con varios grados más de putrefacción. Verdades como que la naturaleza está siendo depredada hasta límites insoportables, en nombre del dios dinero, en lugar de ser mimada, y recuperada tras haber sido expulsado el hombre del Edén por el Tronante desobedecido; verdades como que la mujer sea sujeto de segunda en la sociedad y nadie en el organigrama de la Iglesia católica –una costilla de Adán, al fin, un cacho carne, y se le pasó por alto que los teólogos medievales defendían la tesis de que la mujer nacía sin alma, y Dios se la insuflaba, si la llegaba a merecer; verdades como que tres cuartas partes de la humanidad mueren bajo la opresión y el hambre, o en aguas saladas, porque su tierra no es la prometida por un Dios, que sólo se hace responsable de la tierra de los suyos, no importa que tomen su nombre en vano, o que incumplan sistemáticamente, hasta el vicio, el quinto mandamiento, no es un Dios tan tiquismiquis. Tampoco muy fiable si le hacen gracia las mortíferas payasadas, que algunos le ríen, de Bush, y acepta, gustoso, el espectáculo ofensivo de dictadores criminales bajo palio. Leo Bassi, en su papel de bufón, y también José Saramago, con su oficio de escritor, ambos intelectuales ateos, proponen la misma salida a una situación, la del mundo, necesitada con urgencia de ser puesta en manos movidas por buenas intenciones, dado que de las religiones y sus Iglesias no se puede esperar sino más de lo mismo: la filosofía, dice el novelista; la ilustración, dice el payaso, quien hace proyectar al fondo del escenario rostros de pensadores occidentales y orientales. En definitiva, la propuesta de ambos es la del pensar desde el sentir, desde la con-pasión, por lo que si alguien se tiene que sentir
provocado por el discurso de Leo Bassi somos quienes decimos defender el laicismo, quienes sentimos que venimos de la tierra y a ella queremos volver, pero somos tibios en nuestro compromiso con ella, como si en ella nos vengáramos de aquella expulsión; quienes vemos al otro como a un igual, pero a veces miramos hacia otro lado; quienes hablamos de solidaridad, pero en estos días gastamos sólo para nosotros y los nuestros…continúen ustedes quienes, como yo, nos decimos laicos. Con los otros se puede contar menos, pues tienen quien les cubra las conciencias.
Así, pues, el espectáculo de Leo Bassi se extiende en una palabra que pretende mostrar que lo profundo está en la superficie. No hay mucha acción en el escenario, aunque tampoco falta. Comienza la función representando por unos minutos al papa Benedicto XVI, en cuyo nombre pide perdón a los teólogos de la liberación, suspendidos en sus funciones por el entonces responsable de la Congregación para la Doctrina y la Fe, Cardenal Ratzinger. Enseguida se desprende de su alba vestidura y asume el papel de telepredicador laico, ateo, que lanza graciosas, que no gruesas, puyas a diestra, el cristianismo, y siniestra, el islamismo, aunque no sé muy bien cuál es el más siniestro. Con un pequeño crucifijo en la mano “salva” a Cristo, del que deja ver que hoy no querría ser cristiano, tras el papelón que le asignó en vida el Padre, y sobre todo, después, los poderes eclesiales y políticos, que han puesto al Padre de su lado. Y, como hombre de circo que es, no se privó Leo Bassi de hacer un truco de magia convirtiendo el agua en vino, y también un número de malabares moviendo con sus pies un piano, milagros del tesón, del esfuerzo, del trabajo, cuando no de la habilidad, frente a los que esperan que el milagro lo haga Otro.
Al final casi se desnuda, se queda en calzoncillos, y en un movimiento posterior, en taparrabos. Venía a cuento de que, para terminar, contó la Revelación de la que fue sujeto, “su” revelación, que lejos de ser la contenida en los distintos libros sagrados, con sus personajes y sus
lugares, tuvo lugar en la Patagonia chilena, en el transcurso de una danza ritual, por la que los danzantes, con sus cuerpos desnudos y pintados en franjas horizontales, se identifican con la naturaleza a la que piden perdón por matarles a algunas de sus criaturas con el único objeto de sobrevivir. Uno de los danzantes principales se quitó la máscara con cuernos y resultó ser el alcalde de la comunidad, además de chamán, quien le prestó el único ejemplar de un libro escrito por un misionero alemán, jesuita, que dejó de serlo, seguramente para ser una suerte de cristiano laico, y no vean contradicción, donde sólo hay fértil paradoja.
Con la foto del alcalde/chamán proyectada al fondo del escenario, Leo Bassi se hizo pintar el cuerpo, vestido con el taparrabos. Y con la máscara puesta danzó. Los aplausos callaron las letanías.

Fernando Llorente | 25 Diciembre 2006 | Responder

Escribo para vender entradas de una nueva obra de teatro que se va exhibir: Se trata de la vida de los padres de Leo Bassi.
En ella aparece el padre toda la obra con los pantalones bajados y su madre haciendo de prostituta hasta la vejez. Si el señor Bassi no se ha ofendido es que además de blasfemo es un mal nacido. No
se sienta ofendido por favor. Es que somos unos intolerantes católicos que estamos en contra de esa raza de víboras asesinas que son los laicistas (nazis, comunistas, masones). La Historia es la Historia. Yo no me invento nada.

Pablo | 25 Diciembre 2006 | Responder

Asunto zanjado, Leo Bassi es laicista, los nazis y comunistas eran laicistas (los masones se declaran mayoritariamente cristianos, que no católicos, estimado amigo inculto) ergo Leo Bassi es un nazi o un comunista, y de paso un masón ¿?. Estamos a la espera de que se le declare parte del contubernio.

Decía Sabater que solo los fanáticos confunden el pecado con el delito, ahora añado yo que también los imbéciles (ver la definición en el diccionario de la RAE)

Maravilloso razonamiento el de este relapso surgido de las profundidades del tiempo. En fin, aprendiz de inquisidor recapacita tu... argumentación... pues incluso las madres son criticables y objeto de ironía (si, incluso la mía) así que olvida esa extraña idea por la que crees que si dices que sientes a la iglesia como una madre , y no me refiero a que algún cura picaruelo hizo lo que no debía con una feligresa, no se la puede criticar.

Venga féliz navidad, que viva cristo rey incendiando teatros, Franco presente y esas cosas que se dicen las gentes de buena voluntad

PD:Leo, ven a Madrid otra vez pues estamos esperando para volver a ver la obra

Javier | 28 Diciembre 2006 | Responder

Leo bassi eres un gran comico y un buen filosofo , tus obras son magnificas, espero verte de nuevo .
No hagas caso a esos aprendices a monaguillo , los pobrecitos se han quedado en la edad de piedra , se parecen a esos moritos que en cuanto ven una caricatura de mahoma se escandalizan.... por suerte en europa , al contrario que en Asia , los radicales analfabetos son minoria.-

Un Saludo de un fan.

Javi.L

Javi L | 29 Diciembre 2006 | Responder

Asamblea Republicana Cántabra | 30 Diciembre 2006 | Responder

A SUS FANS:
EN LA PRÓXIMA ACTUACION PODEIS SALIR CON LEO CON DOS GIRASOLES Y LA BANDERITA MULTICOLOR CANTANDO UN HIMNO PASIFISTA..¿OS HE OFENDIDO?LO SIENTO.


DEDICATED TO EVERYFANOFLEO

no lo pienso poner | 01 Enero 2007 | Responder

en el anterior mensage no he puesto nombre , me llamo:José Alberto Fernando María Navarro Vives(es mi nombre el que me puso el sacerdote en el bautizo ...¿os afecta? es k como sois no seque de lechistas, hay, perdon, derechistas,lo siento, laicistas(apasionados)).

albert | 01 Enero 2007 | Responder

Estimado José Alberto Fernando María a la gente normal nos da igual que el cura te pusiera ese nombre en el bautizo, en cambio para poder elegir si quiero que un cura le ponga nombre o no a mis hijos hemos tenido que sufrir la oposición de muchos tarados totalitarios. Te recomendaría que les dejaras a ellos la elección cuando sean adultos y esten formados intelectualmente, pero mira, no le vamos a pedir peras al olmo porque de donde no hay no se puede sacar... nos basta con que nos dejes en paz al resto.

Un saludo José Alberto Fernando María

Javier | 09 Enero 2007 | Responder

me parece una gran obra la de este autor, y ademas gran filosofo. Es una lastima que mucha gente solo crezca de estatura, y su mente se siga quedando estancada.
Menos mal que todavia alguno sigue haciendo crecer su cerebro
reinosa

eduardo | 09 Enero 2007 | Responder

Que pesaitos sois los ultracatolicos. Simplemente dejadnos vivir en paz. Si creeis en Cristo, pues creer, me parece muy bien, fue un revolucionario como nadie, un independentista que lucho contra el imperio romano, en fin un tío cojonudo (hoy hubiese sido tachado de terrorista). Pero a los que no pensamos así dejanos tranquilos, no meteros en nuestras casas. No teneis esos maravillosos edificios llamadas iglesias, pues veros allí, quereros, contaros vuestras verdades y tambien sacais vuestra imagenes en Semana Santa, pues maravilloso. Pero cojones dejar la escuela para lo que es, para educar, no para hacer borreguitos. Como si quereis creer tambien en los reyes magos y en spiderman... allá vosotros y vuestros hijos, pero ser respetuosos con los demás... eso sí, que teniendo como guía espirtual a Franco, poco respeto por los demás. Si nos os gusta la obra, pues no vayais al teatro, a lo mejor es que teneis miedo de que alguien cuente otra verdad que no os gusta. Porque Bassi no se mete para nada contra Jesus, al contrario lo ensalza, pero si contra esa multinacional que aumenta sus arcas con los miedos y la ignorancia de los demás.

PD.: Leo, ven pronto a Córdoba.

judas | 10 Enero 2007 | Responder

La verdad, pensándolo bien, si es verdad que los católicos hemos sobrerreaccionado un poco ante la bufonada de Leo, que no deja de ser más que eso, una bufonada. Aunque nos parezca ofensiva su espectáculo, afortunadamente no es nada en comparación con lo que tienen que aguantar los cristianos en China, Cuba, la mayoría de los países islámicos, y especialmente en el Oriente Medio y Próximo. Así que por mi parte, siga Vd. con sus bufonadas, y sinceramente espero que tenga tiempo de convertirse antes de que se acaben sus días sobre este mundo (a todos nos llegará el momento de palmarla, qué vamos a hacer).

http://www.zenit.org/spanish/archivo/sem_internaz/0101/SI010113.html

BertieBear | 13 Enero 2007 | Responder

Vaig estar l'altre dia al Port de Sagunt. L'obra Revelación de Leo Bassi em va agradar molt. Va ser com una dutxa d'aigua tèbia, amb una exquisida combinació de filosofia i HUMOR amb majúscules. Avui ja no queden revolucionaris i només els "pallassos" són capaços de denunciar les barbaritats i els escàndols dels poderosos. Per això Leo Bassi, juntament amb Xavi Castillo o Pepe Rubianes, són víctimes d'aquests poderosos (Església, Dreta cavernícola, etc...) que es veuen ridiculitzats i denunciats davant el poble, que voldrien callat i quiet.
Crec que aquests humoristes són la continuïtat de la secular, i ben mediterrània, tradició del bufó que denuncia públicament les atrocitats que tots coneixem i que només ells, des de dalt d'un escenari, són capaços de representar.
Endavant, Leo, som molts (a Sagunt el teatre estava totalment abarrotat) els qui t'admirem i et necessitem.

Ausiàs | 15 Enero 2007 | Responder

La Conferencia Episcopal no va a pedir perdón por su campaña contra el espectaculo. Tampoco dará ninguna explicación más allá de lo que hasta ahora ha dicho. El inmovilismo es la seña de identidad de la iglesia, no van a cambiarlo hasta que no vean sus templos vacíos y abandonados. El laicismo proselitista que sostiene Leo Bassi en el escenario es un ejemplo a seguir, igual que la iglesia anima a sus acólitos a difundir su mensaje y atraer nuevas ovejas a su rebaño, los laicos debemos propagar nuestro mensaje, con la palabra y el hecho, con libertad y en democracia. Un bufón nos ha dicho un puñado de verdades, no las minusvaloremos porque esten dichas con humor, ni tampoco porque ya las conocieramos. Hay tantas verdades y realidades como seres humanos, pero la suya sr. Bassi, su verdad, nos es algo más que familiar o cercana, su verdad también es la nuestra.
Como siempre gracias. Un placer haberle visto, escuchado y aplaudido.

Pablo Cantero Castillo | 17 Enero 2007 | Responder

Dice el/la osito/osita Bertie que "sinceramente espero que tenga tiempo de convertirse antes de que se acaben sus días sobre este mundo". Ahh, amigo..convertirse...a que?? o en que? en un borrego? Quizás convertirse en alguien sin criterio propio que a través de aquello denominado "dogma" traga con lo que sea? Perdón..estoy siendo reiterativo...ya dije borrego anteriormente. Por cierto...el mote "bufón", a pesar de que usted, amigo osito/osita, lo usa como insulto, para algunos significa "alguien que divierte, con historias graciosas y chistes" y no me negará que la mayoría de textos bíblicos tienen ese punto gracioso..y en definitiva, no son más que un gran chiste. Leo, endavant!! Salut.

Joan | 17 Enero 2007 | Responder

Después de la indignación sufrida en esta provincia por los acontecimientos previos a la representación de La Revelación, algunos de ellos tan "reveladores" del personal que nos rodea y a veces se infiltra y nos maneja -como es el caso del expresidente de ACANTO- cabe quizás dar un paso más e iniciar un nuevo debate, o tal vez renovarlo, sobre la pretendida realidad histórica de Jesucristo.
Parece este tema intocable en los medios de comunicación y a juzgar por mis conocimientos, no existe rigor científico-histórico para determinar su pasada existencia. Sin embargo, es díficil encontrar personas que sepan ésto.
Al hilo de las pasadas fiestas navideñas se me ocurrieron unas palabras que bien pudieran colgarse de un anuncio publicitario:
"Si los reyes son los padres, entonces ¿quién es Cristo?"

Andrés Cabezas | 18 Enero 2007 | Responder

Leo, has sido fuente de inspiración para mí en muchos casos. ¡Sigue así!

Cago en tó | 18 Enero 2007 | Responder



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